- Bate el queso crema: En un tazón grande, bate el queso crema con el azúcar hasta que esté suave y sin grumos.
- Añadir los ingredientes líquidos: Incorpora la nata para montar, los huevos (uno a uno) y la esencia de vainilla. Sigue batiendo hasta que la mezcla esté bien suave. Si lo deseas, agrega el jugo de limón y la harina para darle más firmeza al relleno.
- Verter sobre la base: Vierte la mezcla de queso crema sobre la base de galleta ya enfriada.
- Hornear: Precalienta el horno a 160°C (320°F) y hornea la tarta durante aproximadamente 45-50 minutos o hasta que el centro esté casi firme (puede moverse un poco, pero no debe estar líquido). Si la parte superior se empieza a dorar demasiado rápido, cubre la tarta con papel de aluminio durante los últimos 10 minutos.
- Dejar enfriar: Una vez horneada, apaga el horno y deja la tarta dentro con la puerta entreabierta durante 1 hora para que se enfríe lentamente y no se agriete. Luego, deja enfriar completamente a temperatura ambiente y refrigérala por al menos 4 horas (mejor de un día para otro).
Cobertura (opcional):
- Agregar mermelada: Si te gusta, puedes decorar la tarta con una capa de mermelada de frutos rojos, fresa o arándano. También puedes añadir frutas frescas por encima, como fresas, frambuesas o arándanos.
¡Listo! Ahora tienes una tarta de queso crema increíblemente suave, cremosa y deliciosa. ¡Disfruta!
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